Darro: Diseño moderno en la España de los 60
El Madrid Design Festival revisa un episodio pionero del diseño industrial en el Centro Cultural Fernán Gómez.
A finales de los años cincuenta, España empieza a salir del pozo negro del aislamiento de posguerra. La arquitectura moderna comenzó a recobrar el lugar que había perdido con la guerra y algunos pioneros del diseño moderno intuyeron que, entre quienes habían nacido después de ella, se abría una oportunidad para un gusto nuevo en el interior doméstico. En esa escena surge un actor decisivo, la empresa Darro, fundada en Madrid en 1959 por Paco Muñoz y Fernando Alonso-Martínez, cuya obra olvidada trae ahora a primer plano una exposición –hasta el 10 de marzo en el Fernán Gómez Centro Cultural de la Villa– en el Madrid Design Festival comisariada por Pedro Feduchi y la Galería Machado-Muñoz, uno de cuyos puntales es precisamente Mafalda Muñoz, hija del fundador de la firma.
La silla Riaza: el gran icono de Darro
Los nombres de Muñoz y Darro están ligados, sobre todo, a un icono del diseño de mobiliario español: la silla Riaza, diseñada por Paco Muñoz en 1959, que reelabora en términos minimalistas y artesanos el tradicional sillón frailero español. Se trata de un armazón de madera de nogal sobre el que una pieza de cuero cosida a mano forma asiento y respaldo, y se tensa por medio de una cincha abrochada por debajo con dos hebillas.
Para Feduchi, “la silla Riaza es un icono del diseño de esos años. Está en consonancia con lo que se estaba experimentando en otros centros del diseño mucho más modernos entonces, como, por ejemplo, Dinamarca. Pero también encontramos modelos similares en países como Brasil o Portugal que bebían de raíces parecidas a las españolas de entonces. La idea que se respira al ver la silla Riaza es la de un mueble cuya fabricación mantiene los valores tradicionales en los materiales usados (cuero y nogal), que sigue los modelos populares e, incluso, se inspira en modelos históricos para, a partir de ahí, proponer algo moderno.
Los nombres de Muñoz y Darro están ligados, sobre todo, a un icono del diseño de mobiliario español: la silla Riaza, diseñada por Paco Muñoz en 1959, que reelabora en términos minimalistas y artesanos el tradicional sillón frailero español. Se trata de un armazón de madera de nogal sobre el que una pieza de cuero cosida a mano forma asiento y respaldo, y se tensa por medio de una cincha abrochada por debajo con dos hebillas.
Para Feduchi, “la silla Riaza es un icono del diseño de esos años. Está en consonancia con lo que se estaba experimentando en otros centros del diseño mucho más modernos entonces, como, por ejemplo, Dinamarca. Pero también encontramos modelos similares en países como Brasil o Portugal que bebían de raíces parecidas a las españolas de entonces. La idea que se respira al ver la silla Riaza es la de un mueble cuya fabricación mantiene los valores tradicionales en los materiales usados (cuero y nogal), que sigue los modelos populares e, incluso, se inspira en modelos históricos para, a partir de ahí, proponer algo moderno.
El modelo básico es una silla baja sin brazos, pero se desarrolló toda una familia, desde una versión para niños a variantes con brazos e incluso un taburete alto con respaldo.
Pedro Feduchi ha señalado su parentesco con la Spanish Chair del diseñador danés Borge Mogensen, de perfil más organicista, aunque tratándose de un diseño estrictamente contemporáneo del de Muñoz cabe preguntarse por cuál fue el verdadero flujo de influencias, si es que las hubo.
Pedro Feduchi ha señalado su parentesco con la Spanish Chair del diseñador danés Borge Mogensen, de perfil más organicista, aunque tratándose de un diseño estrictamente contemporáneo del de Muñoz cabe preguntarse por cuál fue el verdadero flujo de influencias, si es que las hubo.
La silla marca una de las líneas de trabajo que articulan el catálogo de Darro: producción sencilla y encuentro entre la tradición popular española y la cultura del proyecto moderno. Su afinidad de criterio con otro icono español de la época, como la silla Barceloneta de Federico Correa y Alfonso Milá (1954), está también a la vista.
¿Qué es un original en diseño?
¿Qué es un original en diseño?
Mobiliario nuevo para nuevas casas y formas de vivir
Paco Muñoz concibió el espacio de Darro como un showroom donde los muebles se combinaban para construir sugerencias de uso a modo de guía para el cliente. Se trataba de enseñar al público a usar un mobiliario nuevo, concebido para pisos que empezaban a tener menos superficie que los tradicionales.
La dirección artística de la firma fue confiada al arquitecto Carlos Picardo, que dotó de homogeneidad y coherencia a toda la colección, cuyas referencias fundamentales estaban en el racionalismo moderno y, especialmente, en ejemplos daneses y escandinavos (la arquitectura nórdica ejerció también una gran influencia en la joven arquitectura española de entonces).
Paco Muñoz concibió el espacio de Darro como un showroom donde los muebles se combinaban para construir sugerencias de uso a modo de guía para el cliente. Se trataba de enseñar al público a usar un mobiliario nuevo, concebido para pisos que empezaban a tener menos superficie que los tradicionales.
La dirección artística de la firma fue confiada al arquitecto Carlos Picardo, que dotó de homogeneidad y coherencia a toda la colección, cuyas referencias fundamentales estaban en el racionalismo moderno y, especialmente, en ejemplos daneses y escandinavos (la arquitectura nórdica ejerció también una gran influencia en la joven arquitectura española de entonces).
Picardo estaba al frente del Estudio Darro, de donde salieron numerosas piezas para el hogar: mesas, sillas, butacas y piezas singulares, como los carritos auxiliares con sobre de madera de embero de la izquierda de la imagen, o el aparador de nogal del centro. Pero también para oficinas privadas y para la administración, con mesas de trabajo y cajoneras o escritorios de nogal de gran ligereza visual, como el MO-160 que se puede ver al fondo de la imagen que ilustra este texto.
Tradición y modernidad en un catálogo muy singular
El catálogo de Darro incorporó a muchos de los arquitectos que estaban restableciendo la tradición moderna en la arquitectura española. La empresa les produjo tanto piezas proyectadas específicamente para ella como otras que habían diseñado para proyectos públicos o para viviendas de promoción privada o de protección oficial. Ese es el caso de la estantería TDC, de Fernando Ramón, diseñada en 1956 para unas viviendas del poblado de Vista Alegre y producida por Darro en 1959, un sencillísimo pero muy avanzado sistema de estanterías soportadas por elementos modulares de acero que podían sujetarse a la pared o sobre postes verticales, de modo que actuaba también como delimitador de espacios y podía contener vitrinas o un escritorio.
El catálogo de Darro incorporó a muchos de los arquitectos que estaban restableciendo la tradición moderna en la arquitectura española. La empresa les produjo tanto piezas proyectadas específicamente para ella como otras que habían diseñado para proyectos públicos o para viviendas de promoción privada o de protección oficial. Ese es el caso de la estantería TDC, de Fernando Ramón, diseñada en 1956 para unas viviendas del poblado de Vista Alegre y producida por Darro en 1959, un sencillísimo pero muy avanzado sistema de estanterías soportadas por elementos modulares de acero que podían sujetarse a la pared o sobre postes verticales, de modo que actuaba también como delimitador de espacios y podía contener vitrinas o un escritorio.
Darro produjo asimismo la butaca Toro, que Miguel Fisac había proyectado en los años cincuenta, una silla tapizada en la que el diseño ergonómico de respaldo y brazos recuerdan a una cabeza taurina, y de la que se hicieron versiones en madera de haya y con estructura metálica.
Entrevista al diseñador Lucas Muñoz: “Un buen diseño es difícil, como una buena persona”
Entrevista al diseñador Lucas Muñoz: “Un buen diseño es difícil, como una buena persona”
También se hicieron modelos de varilla metálica y cuerpo de médula pensadas para exteriores, como la silla Cuenco, en los que se reconoce una mirada hacia la artesanía y el mueble popular. Incluso se abordó el contrachapado moldeado, una técnica poco frecuente en la industria española de la época, en una singular silla de tres patas obra de Enrique Nuere, en 1961.
Foto: José María Faerna
Entre la aportación de los arquitectos colaboradores, destaca una espléndida y depuradísima bancada de Javier Carvajal (en la foto), de cuadradillo de acero y madera de pino, rehecha a partir de los planos originales especialmente para la muestra y que mantiene la misma frescura actual pese a su más de medio siglo.
Entre la aportación de los arquitectos colaboradores, destaca una espléndida y depuradísima bancada de Javier Carvajal (en la foto), de cuadradillo de acero y madera de pino, rehecha a partir de los planos originales especialmente para la muestra y que mantiene la misma frescura actual pese a su más de medio siglo.
Darro fue también una galería de arte dirigida por José María Moreno Galván, uno de los críticos más influyentes de la época, que fue portaestandarte de la abstracción tanto gestual como analítica de la época. De esa veta surgió la colaboración con Equipo 57, un grupo de artistas integrado por Jorge Oteiza, Ángel y José Duarte, Luis Aguilera, Juan Serrano y Agustín Ibarrola.
Equipo 57 firmó algunas de las mejores piezas del catálogo de Darro en lo que quizá sea el episodio más fructífero de la interacción entre las artes plásticas y el diseño en España en el siglo XX. Entre ellas, dos excelentes muebles orgánicos, como el banco BC-E57 y la butaca de madera laminar tensada (en la foto), ambas de 1961.
¿Te apetece saber más sobre diseño contemporáneo, sus protagonistas y piezas destacadas? ¡Atrévete con la sección ‘Diseño’ de la Revista Houzz España!
¿Te apetece saber más sobre diseño contemporáneo, sus protagonistas y piezas destacadas? ¡Atrévete con la sección ‘Diseño’ de la Revista Houzz España!
La producción propia de Darro se concentra en los primeros años de la empresa, que se expandió con locales en varias ciudades españolas. La empresa funcionó hasta 1979, aunque desde mediados de los sesenta decayó su empeño editorial hasta limitarse a actuar más bien como una tienda de decoración que comercializaba diseños nacionales e internacionales. El gusto de la burguesía y las clases medias madrileñas evolucionó con el desarrollismo hacia patrones de gusto más conservadores, pero esos primeros años de actividad febril fueron un episodio de gran trascendencia, mucho menos conocido que los que por esos mismos años tuvieron lugar en la escena barcelonesa, que es imprescindible dar a conocer al público.
Darro. Diseño y Arte 1959-1979
Situación: Fernán Gómez Centro Cultural de la Villa (Plaza de Colón 4)
Fecha: hasta el 10 de marzo
CUÉNTANOS…
¿Conocías la historia de Darro? ¿Has visto la exposición? Esperamos tus comentarios
Darro. Diseño y Arte 1959-1979
Situación: Fernán Gómez Centro Cultural de la Villa (Plaza de Colón 4)
Fecha: hasta el 10 de marzo
CUÉNTANOS…
¿Conocías la historia de Darro? ¿Has visto la exposición? Esperamos tus comentarios
Darro: El nacimiento de una empresa pionera
Darro nació como una tienda en el barrio de Salamanca, Madrid, que distribuía los productos de la empresa italiana Arflex, pero también como una editora de mobiliario propio diseñado por sus fundadores y por algunos de los más destacados arquitectos del incipiente panorama moderno de entonces. Paco Muñoz (1925-2009), que ya había fundado Casa&Jardín, otra empresa pionera, en 1951, creó también DADINSA (1962) y SAISA (1965), empresas industriales donde se fabricaban los diseños comercializados por sus tiendas y que empleaban a más de 140 personas, entre ellos los ebanistas y tapiceros más cualificados de Madrid. No se trataba de hacer solo labor editorial, sino de controlar todos los procesos propios del diseño industrial.
“Sobre todo en sus primeros años, Darro fue un baluarte de la modernidad, un oasis en donde poder respirar un ambiente internacional al día de lo que se hacía fuera de nuestras fronteras. También supuso la posibilidad de desarrollar un mobiliario moderno proyectado por arquitectos y diseñadores relacionados con la ciudad de Madrid”, dice Pedro Feduchi, arquitecto y comisario de la muestra.